Durante el mes de diciembre, un grupo de 15 jóvenes judíos que estudian fuera de los colegios de la comunidad, viajaron a Israel en un programa organizado por un sus padres con el apoyo del Círculo Israelita de Santiago, CIS. Se trató de una experiencia inédita, en que los apoderados de estos jóvenes desarrollaron un programa turístico y educativo, de más de tres semanas, que tuvo una primera escala en Polonia para luego recorrer, desde Haifa hacia el Sur, el mapa israelí.
Tal como comenta Danny Wurmann, uno de los padres que estuvo involucrado en la organización de este viaje, el objetivo de las familias fue poder darle la oportunidad a sus hijos e hijas de que vivieran la experiencia de un viaje educativo a Israel, y destaca que para lograr esta meta fue fundamental el patrocinio del CIS. Con el apoyo de esta institución y la gestión de los apoderados para contactar tour operadores, guías, transporte aéreo y terrestre, lograron organizar un programa exitoso, que les brindó una inolvidable experiencia a los jóvenes.
El poder diseñar el viaje, comenta Danny, les permitió tener un cronograma “a la medida, con una mejor logística. Partimos desde el Norte, recorriendo Haifa y Rosh Hanikrá, Jerusalem, Tel Aviv, después al Sur y a la Gadná. Hicieron un viaje que salió casi perfecto”. Con una rifa que les permitió obtener financiamiento adicional, un seguro médico ad hoc, una madrijá en Israel y un reglamento, que exigía un comportamiento ejemplar, el viaje logró ser una tremenda experiencia, a pesar de la densa nieve que los recibió en Polonia. “Fue increíble, los niños llegaron contentos, muy agradecidos, se portaron muy bien y fueron muy buenos representantes del Círculo Israelita en Israel”.
Sobre la buena experiencia del viaje también comenta Gabriel Kiblisky, alumno del Nido de Águilas, que participó de esta experiencia. Como explica, buena parte de los participantes son miembros de Bet El, por lo que se conocían con anterioridad.
“Esta es una oportunidad que se da una vez en la vida, era algo que mi papá siempre quiso que yo viviera. Y era un grupo muy cercano, porque salvo dos personas, somos todos de Bet El y de la misma kvutzá”.
Gabriel Kiblisky, Alumno Nido de Águilas
Para Gabriel, las principales expectativas estaban puestas en los días en Polonia.
«Fue fuerte, pero lo que más me sorprendió fue cuando fuimos a un shtetl, donde nos contaron la historia de los 2.300 judíos que vivían ahí, que fueron asesinados y enterrados en una fosa común, donde ahora hay un monumento. Al estar ahí en medio de la nada, con la nieve hasta las rodillas, uno siente que algo pasó. Eso fue lo que más me impactó, porque me hizo pensar que si nadie hubiera sobrevivido no habría cómo saber que eso pasó”.
Recuerdos para atesorar
Mientras en Polonia y los primeros días en Israel acompañó a los jóvenes la docente Jessica Landes, durante el viaje completo estuvo con los estudiantes el Rabino Ari Sigal, del CIS. Como comenta el Rab, “tuve la bendición de encontrarme con un grupo de padres y madres, con un compromiso sionista y con la educación judía enorme. Dedicados con exactitud a resolver cualquier detalle logístico y también con la generosidad de pensar en la mejor experiencia judía que podrían regalarles a sus hijos: desde recorrer Treblinka, Auschwitz-Birkenau y la judería de Cracovia hasta pisar el monte Hertzl y rezar en el mismísimo Muro de los Lamentos. Durante 27 días, más encuentros previos e instancias posteriores, se forjó un vínculo de identidad que trasciende el tiempo. Una experiencia maravillosa y un privilegio haber sido testigo y parte de esta construcción”.
“Ese domingo de final de Copa del Mundo, nosotros cerrábamos nuestra visita a los campos de exterminio. En nuestra tradición comenzaba Janucá. En esas mismas vías de deportación y exterminio, bajo la nieve que cubría el campo de Birkenau, encendimos la primera vela. En ese lugar donde reinó la oscuridad y la busqueda de un final de nuestro pueblo, encendimos con esperanza una vez más luz para ahuyentar las sombras y mostrar cuanto detestamos el odio, el genocidio. También tuvimos momentos muy emocionantes, como el cierre de Gadná, visita a fábrica de satélites, la noche del 31 de diciembre en el Shuk Majané Yehuda entre otros highlights que quedarán atesorados”, agrega el Rabino Sigal.
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