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Parashá Shemot y las mujeres

En cierto sentido, el verdadero «Block de mujeres de la Torá» se consolidó por primera vez en la parashá de esta semana: las dos parteras hebreas rechazan una orden. El Faraón ordena matar a los bebés judíos, pero los mantienen con vida. No temen a un rey egipcio temporal y malvado, sino al rey real. Yojaved, la madre de Moshé, también muestra una valentía extraordinaria: da a luz a un niño a pesar de los decretos del Faraón y luego lo esconde en un arca. Miriam, la hermana de Moshé, muestra coraje desde otra dirección: ella custodia el arca desde lejos y logra convencer a Bat-Faraón (Batia) para que envíe a Moshé a crecer con su madre en sus primeros años. Y la propia hija del Faraón no se comporta como su padre, sino que actúa con compasión, en contra de las reglas. Ella se acerca, saca al bebé del agua y también le da su nombre, Moshé.

Hasta ahora las mujeres ya habían sido fundamentales definiendo los rumbos de la historia, por ejemplo, Sara y Rivka que son ellas las verdaderas protagonistas de cómo se van a desarrollar los hechos.  En esta parashá, principio del Libro Shemot, solo refuerza una premisa ideológica que tengo que la Torá es un libro profundamente igualitario que tiene figuras femeninas empoderadas y claves para dictaminar los rumbos de la historia. Infelizmente, a lo largo de los milenios el judaísmo rabínico fue desarrollado adentro de un contexto que leía el texto bajo una óptica de la época y no como el propio texto trae. O sea, la mujer fue relegada a “las esquinas de la historia, o incluso mal vista”, mujeres como los personajes fuertes y decisivas de la Torá, fueran mandadas a la cocina y cuidar de niños.  

Felizmente, los tiempos vienen trayendo el retorno del protagonismo de mujeres como líderes de nuestras comunidades. Todavía queda un largo camino, los fundamentalismos y voces cada vez más radicales siguen siendo común en nuestra comunidad, así como en el mundo judío. 

Pero, ¿cuál es el mensaje, cuál es el denominador común entre la parashá y el rol femenino en nuestra comunidad? Todas estas mujeres podrían haber elegido ser una cabeza pequeña. Todo a su alrededor era tan oscuro y deprimente, y la situación les proporcionó excelentes excusas para no hacer nada. Pero no perdieron la fe y la esperanza y se convirtieron en inspiración para generaciones de mujeres judías, hasta el día de hoy. Todas decidieron intentarlo. Para añadir, aunque sea un poco de bien, para actuar aparentemente en contra de la lógica, para aportar su pequeña contribución. Miles de años después, sabemos cómo cada pequeño acto femenino como este fue un gran paso hacia la libertad y la redención. Y esperamos que puedan inspirar a que tengamos cada vez más protagonismo femenino en nuestra comunidad para poder decir que estamos volviendo al “camino de la Torá”.