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El riesgo de perder el tino al dirigir el timón.

Este mes de enero de 2023 culmina el tercer período de Gerardo Gorodischer Testa a la cabeza de la Comunidad Judía de Chile, CJCh. Tal como se informó por parte de la comunidad y también en nuestra anterior edición, en el mes de marzo asumirá la presidencia de la CJCh Ariela Agosin Weisz, que será la primera mujer en este cargo. 

Al cierre de su gestión, quisimos conversar con Gerardo para conocer, en sus palabras, cuál es el balance que hacer de la labor desarrollada. Tuvo que enfrentar momentos difíciles, comenta, pero los logros son muchos, gracias al apoyo constante de su Directorio. 

¿Cuál dirías que fue el desafío más importante que tocó enfrentar como presidente de la comunidad?

Tuvimos etapas bien distintas en todo este proceso. Entre el año 2013 al 2015 fue la Guerra de Gaza, un período muy difícil. No hay que olvidar que Chile llamó a consulta a su Embajador en Israel, y al mismo tiempo estaba en proceso cambio el Embajador de Israel en Chile, por lo que tuvimos que enfrentar momentos complicados. Pero estos dos últimos años enfrentamos guerra, pandemia, levantamiento social y un cambio de gobierno hacia una facción con la que no teníamos mucha cercanía ni mucha llegada. Fueron años bien álgidos y preocupantes, en algunos momentos, pero cada uno de los períodos ha tenido distintos matices. 

Estos últimos dos años hemos estado tratando de preocuparnos de lo interno y lo externo, de resguardar a la comunidad y, de alguna manera, tener la capacidad de flexibilizar nuestras posturas para poder mantener un relacionamiento con las autoridades, que es fundamental. Y yo creo que hemos logrado muchos avances. Lo que pasa es que la gente no ve mucho el trabajo que se hace. El año pasado, gracias al aporte de algunos donantes, llevamos cuatro delegaciones de diputados a Israel. Por lo tanto, fue un año bien intenso, con una distancia bien conocida por todos de parte del Presidente y de su círculo cercano respecto de Israel, pero no respecto del Pueblo Judío. Y, respecto de eso, el rol tiene ser definido y bien claro, sobre todo en estos momentos que estamos viviendo, donde cada uno tiene que hacer su trabajo, la comunidad judía y la embajada. Y eso a veces no es muy entendido por parte de la comunidad. 

Por otro lado, tuvimos, junto al JDC, un trabajo que nos permitió modernizar la CJCh. Fue un trabajo profesional, que le dio un nuevo impulso a la CJCh, e hicimos cambios no menores, como nombrar a Dafne Englander como Directora Ejecutiva. No obstante, a cada una de las personas que participó antes o después de los cambios, quiero decirles que fueron fundamentales, tenemos que estar agradecidos de ellos y también de los voluntarios. 

¿Crees que existe claridad, dentro de la comunidad, del rol que debe cumplir la CJCh?

Mira, yo creo que todos entienden, que es su representante ante la sociedad civil y las autoridades. Pero lo que se tiene que entender es que el Presidente no tiene que representar solo los intereses personales de una persona, sino de toda una comunidad que, además, es bastante transversal. Claramente, no es fácil y nunca se le va a dar en el gusto a todos, ni tampoco nos pusieron ahí para eso. Hay cosas que, de repente, desde el punto de vista estratégico, comunicacional y comunitario, no corresponden. Más allá de lo que a uno le gustaría hacer, uno tiene que embarcarse, también, en el rol en el que está, y debe mantener la calma en los momentos más complejos y, al menos, hacer el intento de tratar de representar a las instituciones y a los miembros de la comunidad. 

Como pasa con la relación con el gobierno. 

Primero que nada, creo que la comunidad tiene que entender, en forma particular e individual, que la CJCh tiene que ser apartidaria y que tiene que trabajar por Chile en forma transversal. Y eso significa con gobiernos de derecha, de centro o de izquierda, porque no es nuestra misión dar una opinión política. Nosotros tenemos una visión, sobre la que podemos disentir o no, que es que tenemos que tener un puente de comunicación, porque básicamente, lo voy a decir abiertamente, a los judíos nos discriminan, hay antisemitismo y hay riesgos para las instituciones y las personas. Mientras eso exista, tienen que estar los puentes abiertos para poder generar vínculos. 

Eso a veces la gente no la entiende, y esperan que uno se vaya con todo contra una determinada persona o institución, pero no miden las consecuencias de lo que significa estar en una representación comunitaria.

Yo me puedo representar a mí mismo, puedo decir lo que se me ocurra, total la responsabilidad va a ser con mi persona. Pero cuando represento a una institución hay que tener el cuidado, el tino y la calma para poder dirigir el timón como corresponde, en los espacios que hay y no perderse en discursos personales. 

¿Eso explica, por ejemplo, el protagonismo que asumieron cuando sucedió el desaire al Embajador de Israel?

Creo que cada cosa tiene su medida, de acuerdo a las circunstancias y a las necesidades. Nosotros, desde mayo del año 2021, cuando vimos que estaba Daniel Jadue como candidato, teníamos conversado con la Embajada de Israel que cada uno tenía que cumplir su rol. Y el rol de la embajada es la defensa del Estado de Israel, y el nuestro el tema del antisemitismo y la seguridad comunitaria. Sin embargo, en ese momento tuvimos un rol activo, porque lo ameritaba, estuvimos reunidos con autoridades en La Moneda e hicimos un acto de desagravio al embajador. 

El proceso y el trabajo que se ha hecho durante el último año y medio es uno a conciencia, trabajado, preocupado y ocupado en la tranquilidad de nuestra comunidad, sabiendo que venían cambios importantes. Y, en ese sentido, estuvimos cuando tuvimos que estar, y estuvimos en un segundo plano cuando así correspondía hacerlo. 

Ahora que dejas la presidencia de la CJCh, ¿asumirás otro rol comunitario?

Es difícil dejar el voluntariado, yo creo que cuando uno lleva tantos años en esto… A mí me encanta el voluntariado, y hay que encontrar el espacio. Veremos si están las oportunidades, si están las personas, si puedo colaborar estoy disponible.

Aprovecho este espacio que me dan para agradecer al Círculo Israelita de Santiago y a La Palabra Israelita, que siempre han estado muy dispuestos para apoyarme, para trabajar en conjunto, para construir y comunicar las cosas que están pasando. Y le deseo a la CJCh el mejor de los éxitos, están en muy buenas manos.